sábado, 14 de febrero de 2009

Lógica y Argumentación

Hola mis amigos de Undécimo: Si están leyendo esto, ha sido porque están siguiendo las instrucciones dadas en clase, lo cual me alegra mucho.

Veamos:

Leerán cuidadosamente el texto y luego desarrollarán las activdades planteadas en Trabajo Individual.

Los invito a Llevar dos proposiciones creadas por ustedes a clase, estas deben ubicarlas en trabajo Grupal.

  • Lógica y Argumentación


    ESTÁNDAR DEL TEMA: Comprender, mediante el aprendizaje de su aplicación, el uso de las formas de argumentación correctas y el uso de los criterios de razonamiento lógico válido como la clave de lo reflexión con espíritu filosófico.



    En la primera parte de esta unidad repasarás algunos de los conceptos fundamentales con los que ya trabajaste el año pasado: en qué consiste un argumento, cómo reconocerlo y evaluarlo, así como los tipos de argumentos que existen, y cómo usar el análisis de argumentos para comprenderlo que otros dicen y para revisar desde el punto de vista lógico tus propias opiniones.

    En las siguientes secciones aprenderás algunos de los métodos para reconocer la validez de un argumento deductivo. Por último, en la sección llamada lógica de la argumentación, veremos cómo puede usarse la lógica en los argumentos que usamos, o que usan con nosotros, en la vida cotidiana.


    ¿Cómo usar la lógica?
  • La lógica se ocupa de distinguir los argumentos correctos de los incorrectos. Para esto ha investigado en los usos del len­guaje principios y métodos que permiten hacer esta distin­ción. Pero esta explicación resulta vacía si no tenemos claro en qué consiste un argumento o un razonamiento. Veamos:
  • ¿Qué es un argumento o razonamiento?
  • Un argumento es un conjunto de frases en las que se afir­ma que una de ellas es verdadera debido a que las otras fra­ses nos suministran evidencias suficientes para afirmarlo. La frase que es afirmada, en virtud de las otras, se llama conclu­sión, y las frases que aportan la información para afirmar que es verdadera la conclusión, se llaman premisas. A estas fra­ses que tienen sentido y de las cuales puede decirse que son verdaderas o falsas, las llamaremos proposiciones.


    Veamos un ejemplo.

    1. Si las almas son entes que pueden recordar y existen antes de estar encarnadas en el cuerpo, tendríamos memoria de la vida del alma previa a la existencia del cuerpo. 2. No tenemos recuerdos previos a la existencia del cuerpo. 3. Por lo tanto, las almas no son entes que pueden recordar ni existen antes de estar encarnadas en el cuerpo. Tenemos el conjunto de proposiciones 1, 2 y 3. Las propo­siciones 1 y 2 aportan información en virtud de la cual, si asu­mimos que esas afirmaciones son verdaderas, tenemos que afirmar que la proposición 3 también lo es sin objeción. Pero alguien cree en la reencarnación, y podría negar que la pre­misa 2 es verdadera, basándose en algunas experiencias de recuerdos de "vidas pasadas", en sueños, y cosas por el esti­lo. En tal caso, en efecto, no tendríamos bases para afirmar la verdad de la proposición 2, y, en consecuencia, podríamos poner en duda la verdad de la proposición 3. En ello reside la fuerza de la argumentación: persuade incluso sobre aque­llo que tal vez nos gustaría que fuera de otra manera.


    RECONOCIMIENTO DE RAZONAMIENTOS
  • El único indicio definitivo para reconocer un argumento es reconocer una conclusión, esto es, tomar conciencia acerca de que se afirma la verdad de una proposición en virtud de la información que proveen otras proposiciones.
  • INDICADORES DE PRESISA Y CONCLUSIÓN
  • Algunas veces la conclusión de un argumento puede verse precedida de expresiones tales como: por lo tanto, en con­secuencia, en conclusión, así, podemos afirmar que, etc. Estas expresiones indican que la frase que sigue a continuación depende de que otras frases sean verdaderas. Llamamos a tales expresiones indicadores de conclusión. Cuando, en cambio, nos piden que de entrada asumamos que una pro­posición es verdadera, nos solemos encontrar con expre­siones como: ya que, pues, si afirmamos que, teniendo en cuenta que, puesto que, etc. Llamamos a tales expresiones Indicadores de Premisa.
  • Tanto los indicadores de premisa como de conclusión nos pueden servir para identificar razonamientos, pero surge el inconveniente de que muchas veces tenemos argumentos en los que no aparecen. En tales casos no queda más reme­dio que detenerse a pensar en el sentido de las afirmacio­nes que nos encontramos y considerar si hay alguna de ellas que se afirma como verdadera basadas en la informa­ción que aportan otras frases. Deducción e inducción · Argumentos deductivos. Cuando en un argumento las premisas ofrecen información que garantiza que la conclusión es verdadera, tenemos un argumento deduc­tivo. Muchos razonamientos matemáticos sirven de ejemplo de estos argumentos.
  • Por ejemplo: 1. [a = b]; 2. [b = c]; por lo tanto, 3. [a = c].
  • Tenemos aquí tres proposiciones. Las proposiciones 1 y 2 ofrecen información en virtud de la cual se afirma que es verdadera la proposición 3. No hay aquí nada que dis­cutir; si son verdaderas las premisas, necesariamente tiene que ser verdadera la conclusión.

    · Argumentos inductivos. Cuando las premisas de un argu­mento proveen información para afirmar la probabilidad de la verdad de la conclusión, pero no permiten garanti­zar que es verdadera, tenemos un argumento inductivo.
  • Por ejemplo: 1. Sólo hemos encontrado vida en la Tierra, donde hay agua; 2. No hemos encontrado indicios de exis­tencia de agua en Marte; 3. Por lo tanto, no es probable que exista vida en Marte.
  • Las dos primeras proposiciones, efectivamente, aportan información que nos puede llevar a creer que la conclu­sión, la frase 3, es verdadera. Sin embargo, aunque asu­miéramos que las proposiciones 1 y 2 son verdaderas, aún podría haber vida en Marte, pues, por un lado, el hecho de que en la Tierra sólo hayamos encontrado vida donde hay agua no es razón suficiente para afirmar que sólo exis­te vida donde hay agua. Por otro lado, el hecho de que no hayamos encontrado indicios de agua en Marte no implica necesariamente que no la haya. Por ello resulta apropiado haber usado la expresión "improbable", en vez de la expresión "imposible", pues hasta ese punto no nos permite llegar la información que aportan las premisas.

  • EL ÚNICO INDICIO DEFINITIVO PARA RECONOCER UN ARGUMENTO EN UN TEXTO ES RECONOCER UNA CONCLUSIÓN
  • Debes tener siemprte presente :
    "El razonamiento lógico, fortalece la estructura del pensamiento. "
  • Acuerdate de la noticia que estructuraste en clase.

    Verdad y validez
  • Cuando las premisas de un argumento proveen información suficiente para garantizar la verdad de la conclusión, tenemos un argumento deductivo válido. Esto indica que, si fueran verdaderas las premisas, la conclusión debe­ría serlo también. Ello no significa que las premisas real­mente son verdaderas; de tal manera que un argumento Puede ser válido aunque tenga premisas y una conclusión que sabemos falsas, pues la validez sólo nos habla de una relación entre las proposiciones, y no de si esas frases corresponden a algo real, que es a lo que aludimos cuan­do calificamos a una proposición de verdadera. Hay casos en los que podemos suponer qué pasaría si esas premisas fueran verdaderas, así de entrada sepamos que son falsas. Por ejemplo:

    1. El mundo comenzó a existir el día en que tú naciste.

    2. La historia es lo memoria del mundo.

    3. El advenimiento y la caída del Imperio Egipcio, el nacimien­to del cristianismo y la Revolución francesa hacen parte de la historia.

    4. Por lo tanto, el advenimiento y la caída del Imperio Egip­cio, el nacimiento del cristianismo y la Revolución france­sa sólo han podido tener lugar desde el momento en que tú naciste.

    No creemos que sea verdadera la proposición 1, pero, si lo fuera, ¿debería ser cierta también la conclusión? Sí, pues la conclusión se sigue necesariamente de las premi­sas y, por tanto, se trata de un argumento válido. La validez es una cualidad de los razonamientos debido a su estructura lógica y no a la veracidad de las proposi­ciones, mientras que la verdad o la falsedad es una pro­piedad de las proposiciones y no de los razonamientos.

  • CUANDO LAS PREMISAS DE UN ARGUMENTO PROVEEN INFORMACIÓN SUFICIENTE PARA GARANTIZAR LA VERDAD DE LA CONCLUSIÓN, TENEMOS UN ARGUMENTO DEDUCTIVO VÁLIDO.


ACTIVIDADES PARA DESARROLLAR y ENTREGAR PRÓXIMA CLASE (SEMANA DEL 17 AL 24 DE FEBRERO) TRABAJO INDIVIDUAL


  • 1. Con las siguientes actividades comprenderás las propiedades los argumentos y te entrenarás en componer los tuyos. Así mismo, practicarás en el reconocimiento de argumentos en pequeños textos.

COMPETENCIA PROPOSITIVA

  • Contesto las siguientes preguntas y cito un ejemplo que apoye mi respuesta, cuando el ejemplo sea posible.
  • a) ¿Puede haber razonamientos con una sola premisa?
  • b) ¿Puede haber argumentos sin conclusión?
  • c) ¿Puede haber razonamientos con más de tres premi­sas?
  • d) ¿Puede haber razonamientos válidos que tengan pre­misas falsas y una conclusión verdadera?
  • e) ¿Puede haber razonamientos válidos que tengan pre­misas verdaderas y una conclusión falsa?
  • f) En un razonamiento, ¿puede aparecer la conclusión al comienzo y las premisas después?

COMPETENCIAS INTERPRETATIVA Y ARGUMENTATIVA
2. ¿En cuál de los siguientes textos hay un argumento? Cuando lo haya, distingue las premisas de la conclusión.

a) Si usted entiende el tema, podrá recordarlo; si puede recordarlo, podrá explicárselo a sus compañeros, por lo tanto, si usted entiende el tema, podrá explicárse­lo a sus compañeros.

b) "Etimológicamente, 'paradoja' significa 'contrario a la opinión', esto es, 'contrario a la opinión común'.

Cicerón decía que los griegos llamaban paradoja a lo que nosotros llamamos cosas que maravillan.

c) "Epiménides afirma que todos los cretenses mienten. Pero Epiménides es cretense. Por lo tanto, Epiménides miente si y sólo si dice la verdad y dice la verdad si y sólo si miente."


José Ferrater Mora, Diccionario de Filosofía

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